miércoles, 12 de febrero de 2014

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Desinflación o baja inflación: qué efectos tiene sobre mi casa y sobre mi hipoteca

El presidente del banco central europeo, Mario Draghi, descarta que haya riesgo de deflación en las economías de la eurozona. El fenómeno de la deflación se produce cuando los precios se muestran en negativo durante un largo periodo de tiempo. de momento, esa situación no se aprecia en España. Sin embargo, sí se da lo que se llama desinflación o baja inflación, un periodo prolongado en el que suben los precios, pero lo hacen en una muy pequeña proporción. En el dato adelantado de febrero, los precios crecieron en tasa anual a un ritmo del 0,2%.

¿Cuál es el efecto que puede producir en mi hipoteca la deflación o la baja inflación?

-El efecto positivo: según Félix González, socio director de Capitalia familiar, ante el temor a que llegue la caída continuada de los precios, el banco central europeo bajó en noviembre pasado los tipos de interés a su mínimo histórico, el 0,25%. Eso supone que, en condiciones normales, la rebaja va a trasladarse a mi hipoteca, cuando me toque revisión, siempre y cuando el préstamo para la compra de una casa esté referenciado al Euribor y se trate de una hipoteca a tipo variable.

La rebaja será apreciable, aunque menor que la bajada del BCE ya que el Euribor a 12 meses está por encima del tipo de intervención. Además, pagará menos intereses y tendrá una repercusión favorable para las cuotas que paga al banco cada mes, con costes financieros mucho más bajos para la hipoteca.
- Efecto perverso: dos son los factores negativos que pueden mostrarse en su hipoteca. En primer lugar, en un entorno de caída de precios, la deuda contraída en la hipoteca irá ganando terreno respecto al valor real de nuestro piso. ej.: Deuda 200.000 €, que con el paso del tiempo y precios en negativo –ajuste que lleva tiempo produciéndose en España y que aún no ha terminado-  se convertirá en un piso de 150.000 € o incluso menor si se plantea vender.

El valor del inmueble baja y la deuda, respecto a nuestros ingresos, se eleva. a menos valor e igual deuda, el resultado es más deuda. El precio de la vivienda baja más rápido que el endeudamiento que tenemos y te encuentras atrapado.

En segundo lugar, la deflación reduce el precio de los productos y termina influyendo en una caída generalizada de los salarios. Eso hace que tengamos menor poder adquisitivo para comprar. Y por tanto menos capacidad para hacer frente a nuestras deudas. al bajar nuestro sueldo disminuyen las posibilidades de pagar el préstamo hipotecario con comodidad.

Recordemos que la mayor parte del dinero que debemos las familias, en concreto 7,6 de cada 10 euros que adeudamos, lo tenemos invertido en hipotecas, según los datos del mes de noviembre de 2013 del banco de España.

Así, en periodos de deflación, el pequeño efecto positivo que supone tipos de interés cercanos a cero (como ha ocurrido durante mucho tiempo en Japón) e incluso la posibilidad de acceder a dinero barato, pesa mucho menos en la balanza frente al doble efecto perverso de tener una deuda mayor y además, con menos salario, la pagara peor.

¿Y cómo me afectaría si lo que quiero es vender mi casa?

Incluso para quienes no tienen hipoteca, pero espera vender su casa, la deflación es una mala noticia. En deflación, la gente espera que los precios sigan bajando durante mucho tiempo. Y demoran lo máximo posible sus decisiones de compra (ej.: Adquirir una vivienda) porque consideran que dentro de unos meses o de un año, la casa que usted quiere vender la podrá adquirir por un precio menor.
Además, al contar los posibles compradores con menor poder adquisitivo le será más difícil vender su casa, que a su vez tendrá un valor, en un mercado a la baja, cada vez inferior.

Conclusión

Lo cierto es que, según apunta Juan Villén, responsable de idealista hipotecas, gran parte del ajuste del precio de la vivienda está ya realizado, pero que la deflación en otras áreas podría afectar a una no recuperación o incluso mayor caída de la vivienda.

Para Villén el mayor riesgo está en la estanflación o, lo que es lo mismo, no crecimiento e inflación. Si esta coyuntura de subida de precios y estancamiento de la economía se prolonga, “se comería los ahorros” de unas familias que, además, se enfrentarán más que probablemente a un aumento de la cuota hipotecaria por una previsible subida del Euribor en los próximos años.

Fuente: www.idealista.com

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