Cuidado con lo que firmas: las
7 cláusulas más peligrosas de las hipotecas
Cuando vamos
a firmar una hipoteca nos solemos enfrentar a una pila de documentos repletos
de ‘letra pequeña’. Lo normal es que leamos todas las condiciones y demos más
importancia a los conceptos básicos como el diferencial, el interés inicial o
las vinculaciones, pero más allá de estos puntos hay otras cláusulas menos
conocidas pero igual de importantes. Las de cancelación anticipada,
flexibilización o la de responsabilidad hipotecaria son algunas de ellas, de
las que nos advierte el responsable de idealista
hipotecas, Juan Villén.
Lo primero
que debemos hacer es darnos cuenta de que antes de la firma conviene revisar
el contrato de préstamo hipotecario con el notario para no llevarnos sustos
y que nos expliquen bien las condiciones. Sobre todo aspectos que no quedan tan
claros como son estas algunas de estas cláusulas:
1.- Comisiones
por cancelación anticipada: suele ser uno de los lados oscuros de un préstamo. Hay que andar con ojo
con esta penalización ya que se suele utilizar en algún momento de la vida del
préstamo, y se puede negociar.
2.- Impacto
de las vinculaciones: Lo normal es que la hipoteca venga de la mano de la obligatoriedad de
contratar un seguro de hogar o de vida, o algún gasto mínimo de tarjetas de
crédito o aportación anual a planes de pensiones. Aunque por ley solamente es
obligatoria la contratación del seguro de incendios, en el contrato se definirá
la forma en la que – si en algún momento no podemos cumplir con estos
requisitos de vinculaciones, por ejemplo porque vayamos más justos de dinero –
se revisará al alza el diferencial de la hipoteca. En pocas palabras, nos puede
salir más caro que antes porque esas “revisiones” por cancelar una vinculación
pueden aumentar el tipo de interés hasta en un 1%.
3.- Cláusula
suelo: Es muy
importante que no se acepten, hay suficiente oferta muy competitiva en el
mercado que no las contemplan, y una cláusula suelo no te permitirá
beneficiarte del bajo nivel actual del Euribor. Son legales pero en el tribunal
supremo ha declarado como “abusivas” las que han demostrado poca transparencia.
Hay que leer bien este apartado porque todavía hay entidades que tienen estas
cláusulas abusivas pero las esconden como otros conceptos, como por ejemplo las
cláusulas túnel.
4.- Cláusula
“en caso de”: Se trata de
esos puntos en los que se modifican las condiciones económicas del préstamo “en
el caso de que” cambien nuestra situación o la de la vivienda. Pueden no
afectarnos ahora pero sí durante la vida de una hipoteca (que de media podemos
decir que duran unos 25 años). Aquí se incluyen, entre otras, las de
subrogaciones (cuando cambias de acreedor) y modificaciones contractuales
o novaciones (cambiar los términos de una hipoteca).
5.- Cláusulas
de flexibilidad: Son las que
te permiten por ejemplo no pagar una cuota o posponerla por condiciones
extraordinarias; pagar 14 cuotas en lugar de 12 en un año concreto o pagar solo
intereses ante una incapacidad de hacer frente al préstamo. Aunque suelen ser
positivas para los clientes por la capacidad de adaptarse a las necesidades de
cada momento, pueden costarnos dinero. “hay que mirar si conllevan
penalizaciones en el coste de la hipoteca, porque a veces nos llevamos
sorpresa”, detalla Villén.
6.- Las
cláusulas específicas en el caso de que no podamos pagar la hipoteca: conviene leer todas las
posibilidades y saber de antemano cómo va a actuar el banco a la hora de
ejecutar y reclamar la hipoteca que hemos firmado, tanto en costes como en
plazos.
7.- Responsabilidad
hipotecaria: Se trata
del importe máximo por el que responde el que firma un préstamo contando los
intereses y las costas (gastos judiciales). En este sentido, “Hay que tener en
cuenta que algunas entidades aplican intereses de demora altos” y
conviene estar atentos, ya que luego los impuestos se liquidan no por el
importe del préstamo, sino por esta responsabilidad hipotecaria, que suele
variar entre 1,4 y 2 veces el importe del préstamo. Cuanto menor sea la
responsabilidad hipotecaria, menos impuestos pagaremos.
Fuente: www.idealista.com
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