10 Consejos para superar la cuesta de Septiembre
Solemos referirnos a la Cuesta de
Enero como un periodo complejo para las economías domésticas que se han de
recuperar de los excesos del gasto Navideño al comenzar el año, pero, la suma
del exceso de gasto veraniego unida a la temible vuelta al cole
derivan en una Cuesta de Septiembre por lo menos tan temible para el bolsillo
como la del cambio de año. Estos son algunos consejos para tratar de superar la
Cuesta de Septiembre.
Claro está que para quienes no tengan que afrontar
los gastos que supone la vuelta al cole, septiembre puede resultar complicado
pero tampoco en exceso, se tratará de adecuar la economía doméstica a los
gastos realizados durante las vacaciones que ya se terminan, pero, para
quienes sí asumen estos gastos realmente empieza un mes en el que debemos
tomarnos las cuentas familiares casi con una perspectiva de economía de
guerra.
Crea un plan de ahorro
El primer paso, como siempre que se trata de intentar
conciliar el gasto y el ingreso, es el de realizar un estudio lo más
profundo posible de los gastos imprescindibles, los gastos no
imprescindibles y los ingresos, será de este estudio de donde podamos obtener
realmente los datos que nos van a permitir ajustar el gasto real y confeccionar
un plan al que ceñirnos.
Sin este plan de ahorro casi se puede afirmar que
cualquier intento puede resultar vano, ya que, serán hechos más o menos aislados no
encajados en el total de gastos e ingresos y configurar una manera caótica de
ahorrar, lo cual no es recomendable.
Revisar recibos y contratos
Aunque esto podríamos haberlo hecho perfectamente en
agosto, septiembre es un mes muy bueno para realizar los cambios que
consideremos necesarios en los suministros. Suele coincidir que estas primeras
semanas de septiembre aparece el lanzamiento de nuevas tarifas en prácticamente
todos los segmentos.
Saber lo que gastamos en telefonía, Internet,
electricidad, etc. es vital para poder contrastarlo con las nuevas ofertas y en
su caso cambiar de proveedor… esto a la larga supone un ahorro muy considerable
por lo que qué tomárselo en serio.
El mes de las promociones
La vuelta al cole no sólo supone una campaña comercial
notable alrededor de cuestiones como libros, ropa o material escolar, realmente
en septiembre se multiplican las ofertas y promociones en todos los segmentos,
incluyendo por supuesto cuestiones como la alimentación.
Es un mes en el que, especialmente, debiéramos
fijarnos en todas las ofertas y promociones y aprovecharlas, también, suele ser un mes en el
que (aunque no de manera tan extendida) se revisan los precios de las marcas
blancas, con lo cual se amplía el espectro de promociones al que podemos
acudir.
Usa todos los trucos que conozcas
para bajar el gasto
Declara un día de gasto cero semanal, compra
únicamente con metálico, renuncia a los gastos hormiga, controla los
gastos innecesarios… todo lo
que pueda ayudarte a evitar la salida innecesaria de dinero es bienvenido, se
trata de apretar la tuerca del gasto en un mes especialmente duro en este
sentido, por lo que no debemos relajar.
Revisa tu nivel de endeudamiento
Septiembre es un mes en el que las tarjetas de
crédito echan humo, y, también, en el que se recurre mucho a los pequeños
créditos y mini préstamos. Obviamente, en caso de extrema necesidad, si hay
que acudir a estos productos habrá que elegir la mejor oferta entre ellos.
Sin embargo, antes de solicitar ningún préstamo o de aplazar pagos a crédito
debemos revisar nuestro nivel de endeudamiento; traspasar las deudas de
septiembre a octubre no las va a eliminar, y esa sensación de ganar 30 días
realmente lo único que hace es aumentar el gasto a partir de los intereses.
Debemos tener muchísimo cuidado con el sobreendeudamiento, septiembre es un mes
muy dado para que aparezca.
Ahorra y gana en salud
Puede parecer una tontería, sin embargo, está
demostrado que mantener hábitos saludables también constituye una manera de
ahorrar. Septiembre puede ser un buen mes para plantearse cuestiones como
dejar de fumar, o reducir el consumo de alcohol o excitantes, además de ganar
en salud vamos a ganar desde luego en la reducción de gasto.
Lo tradicional funciona
Durante estos años de crisis se ha demostrado que hay
cosas que nunca dejan de funcionar. Se ha recurrido mucho a modelos de
ahorro que tiene que ver con el pasado reciente, el ahorro de nuestras madres o
de nuestras abuelas. Extraer enseñanzas de esa manera de ahorrar es también
una buena idea; cuestiones como compartir los libros de texto entre familiares
o amigos, aprovechar la ropa del mismo modo, elegir y reparar la ropa en vez de
comprar ropa nueva, atinar más en la cesta de la compra a través de menús
planificados…en definitiva acudir a un modelo de ahorro tradicional que además
sabemos que funciona.
Preahorra
El dinero que no tienes no te lo puedes gastar. Esta
máxima que puede parecer un poco infantil, es una realidad que se puede aplicar
al gasto cotidiano a través del pre ahorro. Septiembre puede ser un buen mes
aún con todos los gastos que nos esperan para poner en marcha el pre ahorro. Se tratará tan
sólo de elegir un producto (cuenta remunerada o similar) al que dirigir una
cantidad de nuestros ingresos de manera automática, es decir, ni pasarán por
nuestras manos. Éste mecanismo aplicado de manera constante es una de las
mejores ideas para quienes no son muy regulares a la hora de ahorrar y además
proporciona un ahorro interesante al final de año.
Modifica la balanza consumo/ingresos
Hemos dejado para el final las cuestiones más
peliagudas, de todas ellas probablemente la voluntad de modificar la
relación entre el consumo e ingresos sea la más difícil, y sin embargo es
la más importante. Independientemente de que tengamos una vocación de ahorro a
futuro, es decir que pensemos en continuar aplicando medidas de ahorro durante
los próximos meses, septiembre es un mes (junto por ejemplo a Enero) en el que
se hace imprescindible reducir al máximo el gasto para potenciar el
aprovechamiento de diversos en dirección a gastos útiles.
Nos hemos acostumbrado desafortunadamente a llevar en
general las cuentas del hogar, con cierto rigor, es verdad, pero de manera muy
desorganizada, esto no
permite reflejar bien los impactos que el consumo viene a suponer, más aún en
el caso de los pequeños gastos o los gastos prescindibles. Es una tarea
complicada pero en algún momento hay que empezar, septiembre es un buen
momento.
Fuente: www.finanzzas.com
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