7 Cosas que podrían desaparecer pronto
No hace tanto tiempo los videoclubs poblaban las ciudades de nuestro país. Parecía un negocio boyante (de hecho durante un tiempo lo fue) e inagotable, sin embargo, la tecnología superó de largo a la propuesta del alquiler físico de soportes y hoy en día los establecimientos que quedan son prácticamente testimoniales en relación a lo que este segmento llegó a ser. La obsolescencia no siempre es rápida o completa pero las nuevas tecnologías y la manera de entender el mundo que éstas nos han proporcionado están convirtiendo muchos objetos en carne de desaparición, vamos a revisar algunos de ellos.
En algunos casos se trata de desapariciones
paulatinas que llevan años produciéndose, en otros, realmente estamos
ante un proceso acelerado de desaparición, en cualquier caso, son
símbolos de un cambio en los modelos de vida que resultan verdaderamente significativos.
Vídeoclubs
Hay que citarlos obligatoriamente. Es cierto que
hoy en día los establecimientos que han conseguido sostenerse en el tiempo lo
han hecho por una mezcla de especialización y clientela fija que les
permite mantener un cierto negocio, pero, como segmento el videoclub no
es un modelo comercial viable en absoluto, y, en cierta medida, se
podría considerar un paradigma de cómo la evolución de las tecnologías influye
de manera radical en nuestro modo de vivir.
El arado
Y si hablamos de simbolismo desde luego
pocos símbolos tan claros de la actividad agrícola existen como el arado,
pero realmente tanto el instrumento como el proceso están en vías de
desaparición. La agricultura moderna no deja espacio para este apero,
proporciona una labranza excesivamente profunda que convierte demasiado suelo y
esto potencia la erosión y exige además, por sus propias características, una
gran cantidad de combustible en comparación con otros métodos, a lo que sumar
que produce mayor liberación de dióxido de carbono. Las sembradoras y en
definitiva los sistemas de labranza de perturbación mínima al suelo son
los que están imponiéndose en las grandes explotaciones agrícolas,
arrinconando el uso del tradicional arado a pequeñas explotaciones.
Libros de texto
Según los más agoreros no habrá que esperar más
allá del fin de la presente década para asistir al desplazamiento generalizado
de los libros de texto en los entornos de estudio. Los textos digitales
a partir de los nuevos formatos para dispositivos como tabletas o lectores
digitales son una alternativa evidente que ya se está imponiendo en
muchos países, en la que además la presencia del software interactivo
se ha mostrado como mucho más positiva desde el punto de vista del aprendizaje
que los métodos tradicionales basados en libros de texto.
Buzones de correo callejeros
Con los años nos hemos acostumbrado a la
paulatina desaparición de lo que otrora fuera parte del paisaje urbano.
Aunque en nuestro país este mismo año se anunciaba algún modelo de
modernización de los buzones (más orientados a las comunidades en instalaciones
colectivas) el futuro de los buzones de correos callejeros es poco
halagüeño; la caída de la carta manuscrita como modelo de comunicación
interpersonal es brutal, mientras que, al margen de los envíos comerciales y
comunicaciones oficiales, el uso a nivel usuario sigue cayendo año tras
año condenando probablemente en un plazo no muy largo a estos receptores
callejeros de cartas.
La bombilla incandescente
Este es otro objeto en franca decadencia cuando
no, directamente, condenado la extinción como en el caso de políticas que
prohíben la fabricación y comercialización de algunas versiones (las de mas
vatios) de la bombilla que nos ha alumbrado durante décadas.
La industria de la iluminación hace ya mucho que saltó hacia adelante en
dirección a otras tecnologías, el uso de estas bombillas continuará
decreciendo hasta la extinción, aunque, es cierto, no de manera tan rápida como
otros objetos.
El pedal de embrague
Esto, que en nuestro país hoy en día parece
inconcebible, empieza a ser una opción más que probable. Durante
décadas la disminución de la transmisión manual ha sido una realidad en
industrias tan poderosas como la norteamericana, sin embargo, en los
últimos años esto se está multiplicando y saltando al resto de industrias del
automóvil a nivel mundial, los motivos son fundamentalmente dos:
- Por un lado las transmisiones automáticas son cada vez más eficaces permitiendo que los motores funcionen con mejores rendimientos y a costes menos elevados. Son ya muchas las marcas que confirman el mejor rendimiento y consumo de sus vehículos con transmisiones automáticas sobre las manuales.
- Los costes de las transmisiones automáticas de última generación comparativamente se han abaratado, a pesar de faltar aun tiempo para incorporarse al vehículo medio estándar, este futuro ya no es tan lejano y por tanto ya no se trata de modelos exclusivamente destinados a los vehículos de alta gama. En estas transmisiones la velocidad de cambio es muy superior a la que podemos encontrar en el cambio manual.
Tu privacidad
El brutal aumento de la conectividad
a todos los niveles tiene una víctima indudable, la privacidad. Pero
no sólo desde esta óptica estamos abocados a perder privacidad, los
dispositivos de seguimiento y control son parte del futuro incorporados a otros
dispositivos como los teléfonos inteligentes. En un mercado de la
información como en el que nos vemos envueltos nuestros datos son cada vez más
valiosos y, a la vez, cada vez se encuentran más expuestos, la pérdida
de privacidad es sin duda una de las mayores víctimas del progreso tecnológico
de las últimas décadas.
Fuente: www.finanzzas.com
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